Ocho tiradas cada participante y puntos que se suman. Nueve bolos grandes, un tanto por cada uno que cae; un bolo pequeño, cuatro puntos por su caída.
Así es el juego de bolos ayalés, una historia vivida en muchos rincones de Okondo, donde el bolatoki forma parte del paisaje. En San Román el del txakoli Agirre, en el valle el de Gorrostiola, o el de Aresketa, donde también se podía parar a comer. Comer, beber y una tirada de bolos.
Hasta nueve bolatokis ha llegado a concentrar Okondo. Hoy todas las partidas se celebran en el nuevo, al lado de las piscinas. Allí los campeonatos, las partidas amistosas y las celebraciones, donde las mujeres hace ya algún tiempo que han empezado a lanzar con brío la pesada bola de madera de nogal.