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Una forma de disfrutar guiada por la memoria

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De abuelas a nietas nietos

Museo Etnográfico de Artziniega

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¿Cómo era la vida?

La vida del ayer está presente en el día a día de Artziniega gracias al empeño y a la generosidad de sus vecinos y vecinas y de la Asociación Artea. En 1977 un grupo de jóvenes organizó una exposición de objetos antiguos. El éxito de aquella primera muestra es un edificio histórico que acoge una amplia y variada exhibición de 1.700 metros cuadrados distribuidos en diecisiete amplias salas. A través de ellas se recrean los modos de vida rural y urbano de los habitantes de la comarca.

Con la mirada puesta en el ser humano como razón de ser, el Museo expone en su planta baja la vida rural, la que tiene que ver con el caserío como hogar y herramienta de trabajo. La primera planta es para la vida urbana y pública, donde la escuela, el ultramarinos de antaño y una surtida botica recrean parte de ese mundo exterior.

Todas las fotos cedidas por la Asociación Artea y el Museo Etnográfico.

Artziniega | Pueblos de Álava, de abuelas a nietas y nietos

La cocina y la casa

El lugar donde se resolvía la vida familiar. En la conocida como ‘económica’ se guisaban los platos más sustanciosos y junto a ella se resolvían los problemas más acuciantes.

Madres y abuelas gobernaban estos espacios, donde lo mismo cocinaban, lavaban, tendían, remendaban o desataban los granos de la cosecha al amor del hogar.

El vestido

La siembra dependía no solo de la mano del agricultor o agricultora, sino también del cielo y de la tierra, de su riqueza y generosidad. De ahí las miradas suplicantes al firmamento para rogar lluvia o sol.

Después todo era arar, segar, trillar,… y hacer que el molino sacara la necesaria harina con la que obtener un buen pan.

La cosecha

La escuela

Un amplio espacio recrea lo que sería una antigua escuela, con sus pupitres de madera, sus tinteros y aquellos cuadernos de caligrafía elegante y elaborada que se enseñaba.

La escuela como lugar de aprendizaje y también de vida, donde los más afortunados ganaban posiciones para una existencia presumiblemente mejorada.

La tienda y la taberna

Una amplia barra de madera noble era el soporte para los vasos de vino que los clientes, mayormente hombres, se tomaban, al tiempo que a diario el mismo bodeguero o bodeguera podían despachar las cosas más inverosímiles.

Con el bullicio propio de una taberna, en esa misma tienda se compraban artículos para la limpieza del hogar, para el guiso y para la labor del campo.

La botica

Un valor añadido en los pueblos de antaño residía en la botica de que disponía.

Su amplia oferta de remedios, con laboratorio incluido, podía determinar la esperanza de quien sufriera enfermedad o accidente.

Museo vivo

El ayer cobra vida el primer domingo de septiembre, cuando tiene lugar el Mercado de Antaño, donde el vecindario participa con vestimenta de época, recreando y mostrando los oficios que ocupaban Artziniega en la Edad Media.

Museo Etnográfico de Artziniega

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