En un estrecho valle con menos de 100 habitantes y a 10 kilómetros de Oyón, se encuentra Barriobusto, un pequeño concejo con mucho encanto rural y varias casas solariegas donde todavía se conserva un trujal aceitero con una antigua prensa y otros artilugios que se pueden visitar para conocer el proceso de elaboración del aceite.
De olivos está lleno el campo oyonés aunque el trujal de la cooperativa lleva cerrado varios años y las aceitunas se llevan a los pueblos cercanos, Moreda o Lanciego, porque aquí solo queda un trujal de capital privado.
En los años 40 del siglo XX en Oyón existían varios trujales privados y funcionaban dos almazaras, años más tarde se creó el Trujal Cooperativo de San Vicente. En esa época había unos 30 mil olivos, hoy hay menos y se plantan árboles pequeños pero más productivos, que dan aceitunas cada tres años.