En Remelluri, un lugar excepcional para la vid, nos sorprende una gran necrópolis cristiana, con unas 300 sepulturas, que se extiende por el terreno ofreciendo una imagen extraña y a la vez atrayente.
Descubierta por casualidad, se trata de huecos antropomorfos que se suceden por el suelo ante los ojos del visitante, como un cementerio de tumbas vacías. Se cree que se construyeron alrededor del siglo X.
Cerca hay un lagar con piletas donde se elaboraba vino hace más de mil doscientos años.