Labraza tiene 100 habitantes y 3 calles. ¡Solo mide 116 metros por 80 metros, en la zona más ancha!. Es la villa amurallada más pequeña de Euskadi y ha sido reconocida con el Premio Mundial de Ciudades Amuralladas.
Situada sobre una colina, Labraza cuenta con viviendas del siglo XVI y XVII que algunos vecinos han restaurado, la Puerta de la Concepción, las ruinas del castillo-fortaleza y una iglesia en lo alto, con una torre barroca y un pórtico de seis arcos. Las vistas del paisaje desde el arco del Portal Principal en el centro de la muralla, son preciosas. A las afueras, excavada fuera de las murallas hay una fuente muy curiosa, la Fuente del Moro, y más a lo lejos un bosque de pino carrasco de gran valor, conocido por todos la como el Pinar de Dueña.
Haciendo gala del pequeño tamaño de Labraza, hay una bodega también pequeña, familiar y muy especial: Hontza que utiliza las uvas de viñedos antiguos -de hasta 100 años- y la agricultura ecológica y biodinámica para elaborar seis tipos de lo que llaman vinos de pueblo. En Hontza los caballos son los protagonistas de su forma de trabajar. Esta peculiar bodega ofrece visitas al viñedo y al pueblo medieval, con cata incluida en plan picnic.