La plaza de la Paz está rodeada de un conjunto de incalculable valor artístico y arquitectónico: la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con su magnífica portada es una joya del arte religioso renacentista, y el Ayuntamiento es pura elegancia, clásica y barroca.
A un lado se sitúa la casa-palacio de los Salazar, donde nació uno de los grandes personajes de Labastida, Don Manuel Quintano, sacerdote y viticultor que modernizó el arte de hacer vino.
Sentarse en una de las terrazas de los bares de la plaza a tomar un vino es casi una obligación para empaparse de la belleza del lugar.