Una maravillosa casona de estilo barroco rural de finales del siglo XVII declarada monumento, que gracias al entusiasmo de sus nuevos dueños -la familia Angulo- y la ayuda institucional, se ha rehabilitado y se puede visitar.
El palacio lo construyó Pedro Zambrana, administrador real de las Salinas y secretario de su majestad en Milán, allá por 1697, y que posteriormente heredó otra poderosa familia, los Herrán, impulsores del Ferrocarril Vasco-Navarro.
La visita guiada por el palacio incluye el zaguán con su carroza de época, la imponente cúpula, la escalera de caracol para el personal de servicio, las habitaciones con sus vetustos muebles, la cocina con suelo de ladrillo rojo y el horno de leña, además del jardín con estanque.
Y las pinturas de verde arsénico que se conservan en algunas paredes con encantadoras escenas de caza.