El pueblo refleja el esplendor de otro tiempo en sus edificaciones más emblemáticas como el Palacio Urrutia o la Casa Torre Ugarte, hoy centro cultural. Y una modernidad bien pensada, al servicio de la comodidad de sus habitantes.
Amurrio no ha perdido su verdor ni entre sus calles más estrechas. Cualquier rincón ofrece vegetación y un buen paseo, sobre todo el parque Juan Urrutia, en el mismo centro de la localidad.
A su vez, entre los edificios, como si quisieran esconder el esplendor de su tiempo, surgen las casas de indianos. Emigrantes que se fueron a hacer las américas, y que una vez forjada su fortuna regresaron para dejar testimonio de sus éxitos en hermosos palacetes con aires lejanos.
Son la casa de la familia Isusi, la de Campo Menoyo, Villa Margarita, Villa Tobalina, Villa Fé o la antigua casa de Justo Saratxaga.
Villa Fé, foto Asociación Aztarna