La entrada a Peñacerrada por la puerta sur, con sus dos torreones semicirculares, es de película. Pura Edad Media, cuando los reyes castellanos conquistaron una gran parte de Álava.
No se ha conservado su carta de fuero pero se sabe que la fundación de Peñacerrada como villa sirvió para controlar caminos estratégicos y reforzar las fronteras con Navarra, en época de Alfonso X El Sabio, allá por el siglo XIII. Su perfecto plano medieval ovalado en forma de almendra se conserva tal cual hoy en día. Una ancha muralla la rodeaba, aunque actualmente solo quedan restos.
El rey de Castilla Enrique II concedió la villa de Peñacerrada al poderoso linaje de los Sarmiento a través de Diego Gómez Sarmiento, repostero mayor del reino. El escudo de los Sarmiento todavía se puede ver en la casa de los duques de Híjar.
Las vistas desde el paseo de ronda de la muralla -adornado con murales de escenas costumbristas- son asombrosas. El topónimo de Peñacerrada viene de esa época y es un tanto misterioso: ¿el pueblo se edificó sobre la antigua aldea de Peña?, ¿de dónde procede el sufijo cerrada?, ¿el nombre de Penna-çerrada proviene de Penna-amurallada?
Foto: Vista aérea de Peñacerrada. Photo-Araba