En una pequeña colina, en Elexazar, a la que se accede por un sendero desde la ermita de San Roque, surgen ante los ojos del visitante los restos recuperados del que fue un poblado romano.
Al llegar, un panel informativo recrea y explica las tres construcciones que ocuparon este lugar entre los siglos I y III.
Una casa principal de la que parte una acera enlosada que une esta primera construcción con lo que pudo haber sido una especie de taller, por las herramientas que allí se han encontrado.
La última construcción, todas en torno a un patio central, podría tratarse de un establo dedicado a la cría de ganado.
Restos de cerámica y un ara taurobolio donde se representa la cabeza de un toro (actualmente depositada en el museo Bibat de Vitoria-Gasteiz) son algunas de las piezas halladas en el yacimiento.
Vista aérea de Elexazar. Autor: Santi Yaniz