Una forma de disfrutar guiada por la memoria
Asparrena guarda en esqueletos de hierro un pasado vibrante. Entre el monte y el pueblo hay un enclave avejentado, semi derruido, que rompe con sus vigas de hierro el cielo. Recuerda la vida a finales del siglo XIX, cuando la primera fábrica siderúrgica de Álava no descansaba ni de noche ni de día, y los hombres se afanaban en quemar carbón para fundir el metal que daba de comer a tantas familias, oriundas y foráneas.
Almacenes de carbón hoy casi perdidos y un palacio en el que ya no se oyen voces ni pasos hacen que el pasado siga presente. Todavía hay quien habla del ‘amo’ refiriéndose a aquel señor que todo lo pudo y lo consiguió en el tiempo en que los agricultores poblaban Álava pero no tanto Araia.
En los pueblos que conforman el municipio la industria ha estado presente a través de la fábrica de harinas de Albéniz, o de los molinos que a lo largo del río se extendían o llegaban hasta Egino.
Actualmente Ametzaga acoge un extenso polígono que da trabajo a una amplia población que no se tiene que desplazar hasta la capital a diario.
Más de cien años después de aquella novedosa siderurgia el pueblo sigue vibrando, pero con una melodía muy distinta. La juventud del siglo XXI escucha música en los altavoces de sus coches al lado de la chimenea que se alza sobre el mismo río, ahora más limpio.
La memoria de Asparrena
Su libro “La forja de una identidad. Araya pasado y presente” editado por la Diputación de Álava en 2020, es fundamental para entender lo que es y ha sido Asparrena.
Arquitecta jubilada y enamorada del pueblo de Araia, ha hecho un trabajo muy interesante de recuperación de la historia del pueblo a través de la fábrica de Ajuria, la familia propietaria y los trabajadores (prácticamente todo el pueblo).
La forja de una identidad. Araya pasado y presente
Paz Larrumbide Moreno
Diputación Foral de Álava 2020
En Andoin se encuentran las conocidas Cascadas de la Tobería, más de cuatro saltos de agua que forman esta hermosa cascada en cadena inmersa en un bosque de hayas y robles situado en la ladera norte de la Sierra de Entzia.
El origen está en un manantial que brota del subsuelo dando vida a este cauce de agua que desciende entre las tobas, rocas porosas y frágiles que aparecen en muchas de las estructuras de edificaciones emblemáticas de la provincia.
Estos saltos no tienen agua todo el año, por lo que es conveniente tenerlo en cuenta a la hora de visitar la zona.
Muy comunes en Álava. Es fácil verlas durante la primavera y el verano con sus nidos ubicados en campanarios y torres. Hay casi doscientas parejas de cigüeñas que crían anualmente en el Territorio.
Son monógamas, emparejándose para toda la vida. Entre las dos construyen un nido de gran tamaño que puede ser utilizado por años. Hacen turnos para incubar los huevos y ambas deben alimentar a los polluelos.
Vive estrictamente en ríos de aguas bien oxigenadas, preferiblemente media montaña. Es bioindicador de la calidad del agua de los ríos.
Se alimenta principalmente de tricópteros y efemerópteros, que pesca buceando por el lecho fluvial. Es común verlo en presas y criando en paredes de los ríos.
Los pájaros carpinteros o pícidos se caracterizan por tener una disposición dactilar diferente: dos dedos delante y dos detrás que les permite sujetarse verticalmente a la rama. Esa disposición se llama zigodactilia.
Tienen unas plumas caudales muy fuertes que les sirven a su vez de apoyo en el tronco. Y son capaces de retraer la larga lengua con la que atrapan insectos dentro de su cavidad craneal.
Si quieres llevar contigo las memorias de los pueblos de Álava, incluso sin conexión, descarga los catálogos en formato PDF y podrás leerlos en cualquier lugar y en el momento que más te apetezca.
Una forma de disfrutar guiada por la memoria
El devenir de nuestros pueblos a través de sus protagonistas, de las gentes que los han trabajado y vivido para dejarnos un recuerdo de su pasado y una perspectiva del futuro que hemos de encontrar.