Inaccesible, se alza sobre una aguja rocosa rodeada de vegetación. Hace poco se descubrió que no es un castillo árabe, como se pensaba.
Originario de la Alta Edad Media -siglos IX o X- servía como defensa del valle de Valdegovía.
Desde esta fortaleza se controlaba la ruta salinera que se dirigía hacia la costa siguiendo los ríos Tumecillo y Omecillo.
No se sabe quién lo mandó construir, si los reyes de Pamplona o los castellanos, pero en su origen podría haber sido de madera sobre zócalos de piedra.
Esta fortaleza perteneció al Duque de Híjar, al que correspondía el señorío de Salinas de Añana, y más tarde fue reconstruido en su totalidad.
El concejo de Astúlez lo compró en el XIX y hoy las ruinas del castillo pertenecen a sus habitantes.