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Una forma de disfrutar guiada por la memoria

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De abuelas a nietas nietos

Antoñana

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Recóndito monumento nacional de Euskadi

Imagínate una Villa Medieval amurallada, erigida sobre un antiguo castillo. Resulta impactante por su pequeño tamaño y su disposición en un altozano, situado en uno de los enclaves naturales más bellos de la Montaña Alavesa.

Pueblo misterioso, con pasadizos y recovecos, donde de repente se asoma alguien desde una ventana y no consigue rasgar ese hechizo medieval.

*Todas las fotografías cedidas amablemente por Koldo Berruete

La muralla

Recorre todo el pueblo casi como una pared. Las casas están apoyadas y construidas sobre el paño de la muralla.

Hasta el frontón es muralla en Antoñana. Las ventanas y balcones de las casas se abren también en el propio muro defensivo.
Tres saeteras de época -esos orificios que se utilizaban para disparar flechas- se han mantenido hasta hoy.

“El balcón del frontón era la casa de mis abuelos. Cedieron la pared a condición de que en época de trilla les dejaran espacio para trabajar”.
Koldo Berruete

Solo 3 calles

Solo 3 calles principales atraviesan Antoñana: la Calle Mayor, Sol de arriba, Sol de abajo. Esta última se la conoce como ‘calle del poco tocino’, que en otro tiempo era la que ocupaban los judios y los más pobres.

A la villa se accede por la única puerta medieval que se conserva. Ahí se encuentra el balcón de la casa cural; la solana, lo llaman. Y nada más entrar, te encuentras la antigua cárcel en un edificio del siglo XVII convertida en sala de exposiciones Santxotena.

Pasadizos y recovecos ideales para una siesta

Todo en Antoñana está comunicado por pasadizos, algunos cubiertos de madera, que proporcionan en verano los lugares más frescos.

“Vicente y su hermano se echaban a diario la siesta en su pasadizo; la manta al suelo y a dormir… los he visto hacerlo muchísimo, hace años, en verano”.
Koldo Berruete

 

Blasones y linajes

Casas importantes con sus escudos -algunos de perros y calderos- símbolos de los linajes de las familias poderosas, los Hurtado de Mendoza -condes de Orgaz- y los Elorza.

Estas marcas medievales de antiguo poderío conviven con algunas restauraciones dudosas y otras chapuzas, como el cambio de las puertas de roble por otras de aluminio.

Por todos lados encontramos la piedra toba, una piedra pobre pero muy aislante. Se trata de una roca caliza muy porosa y de fácil manipulación. Hay muchas casas humildes en Antoñana con estructuras medievales, entramado de madera y esta piedra. La más antigua es del siglo XIII.

Casa Torre y palacio

Desde la Casa Torre, una construcción maciza de sillería del siglo XIII, se defendía el lado norte de Antoñana.

Perteneció a los Hurtado de Mendoza -condes de Orgaz- que fueron también dueños de toda la villa. Mantiene su aspecto medieval, aunque por dentro ha sufrido modificaciones para adaptarse a una vivienda. Sólo tiene la cubierta restaurada, el resto de la casa torre necesita una intervención.

“Es propiedad del pueblo que se lo compró a una señora soltera que estuvo viviendo sola muchos años. Los sobrinos vendieron la casa por cuatro perras”.
Koldo Berruete

Hay otro palacio, el de los Elorza, que data del siglo XVI. Se trata de una casa señorial edificada extramuros.

Menos de todo

Antes había más juventud, vida y jolgorio, en Antoñana. En los años 60 el pueblo disponía de un ultramarinos, dos bares, un par de carnicerías, una escuela y hasta un estanco.

Actualmente, en la segunda década del XXI, el centenar de habitantes se tiene que conformar con un centro social-bar (antigua escuela de niñas) y un consultorio sanitario, que funciona con una enfermera una vez a la semana.

Aún así, hay gente joven que se ha instalado en Antoñana estos últimos años. Ya nadie vive en exclusiva de la agricultura y ganadería como antes, sino que lo compaginan con trabajos en fábricas de la zona y en Vitoria.

Antoñana

La torre de la iglesia San Vicente Mártir

Conforma la silueta de la villa: la esbelta torre neoclásica con cuatro campanas es lo primero que se ve desde lejos.

La iglesia fue construida sobre los cimientos de una iglesia-fortaleza y resulta imponente a la vista. En el recinto amurallado está el pórtico del siglo VIII y dentro hay un retablo rococó y varias imágenes presididas por San Vicente Mártir. La Virgen del Rosario es una talla del siglo XVI que, además de al niño, sostiene un globo terráqueo rodeado de un rosario. Y como en muchas iglesias alavesas, no falta una réplica de la Virgen de Estibaliz, patrona de Álava.

La ermita de la Virgen del Campo

A 200 metros del pueblo, bajo el monte Hornillos está la ermita románica que en 1699 se cita como Madre de Dios del Campo, benefactora de las cosechas. La espadaña, el pórtico y el altar son del siglo XVIII pero lo más llamativo es sin duda su portada de arco apuntado; en 1951 la ermita fue restaurada y sufrió otros cambios. Pegado está el cementerio de Antoñana.

“En tiempos pasados cuando amenazaba tormenta, se sacaba la imagen de la Virgen al pórtico de la iglesia para que esta detuviera el nublado… también se colgaban al lado de la imagen muletas, trenzas, ramos de flores… Hoy ya no se utiliza como apaciguadora de nublados, pero intentemos que se mantenga esta tradición religiosa y cultural de nuestros antepasados”. 

LA VIRGEN DEL CAMPO
FE Y TRADICIÓN EN ANTOÑANA
Koldo Berruete

 

Talla románica

Del siglo XII, policromada y restaurada, es una virgen con el gesto típico de las Andra Maris y con el niño en su regazo. El niño Dios muestra el gesto de bendecirnos con una mano, y con la otra sostiene la bola del mundo.

 

De procesión con la Virgen del Campo

Es la protectora de los campos y cosechas de Antoñana y por eso se venera en procesión de la ermita a la iglesia, dos veces al año: el 7 de octubre se lleva y se devuelve el 28 de abril, día de San Prudencio, patrón de Álava. En los últimos años se han recuperado las procesiones que terminan con una chocolatada en el pórtico de la iglesia.

“Las niñas que ese año habían recibido la Primera Comunión se vestían con sus vestidos de comunión y durante el recorrido de la procesión llevaban lazos amarrados a las andas de la virgen”.

LA VIRGEN DEL CAMPO
FE Y TRADICIÓN EN ANTOÑANA
Koldo Berruete

Canción tradicional de la procesión que se perdió en los años 60 y se ha recuperado gracias a la madre agustina, Carmen Alda, que la recordaba de cuando era niña:

“Virgen Santa del Campo
cuyo reflejo en mis ojos
de niña resplandecieron, resplandecieron
vengo a contarte, contarte,
de corazón las penas,
y los pesares, pesares.
A tus plantas postrada, a tus plantas postrada
óyeme, Madre, óyeme Madre,
soy tu hija que viene
triste y errante, triste y errante….”

Tras entonar la canción, dos niñas recitaban a dúo un romance dedicado a la Virgen del Campo:

…Hoy te pedimos, Señora,
que bendigas nuestras almas
y las llenes de tus gracias
para al volver a vernos
en tu iglesia de Antoñana
conservemos el fervor
que Tú misma nos dejaras.

El lavadero

Allá a lo lejos de Antoñana, a la altura del famoso Aguaqué, nace el río Sabando, que riega las huertas de la villa. En su día era un vergel donde anidaban los pájaros y los cangrejos pululaban a su aire, pero ahora está entubado. Aún así, desde la Edad Media llegan sus cristalinas aguas al precioso lavadero – hay hasta peces- que ha sido rehabilitado. Verás que se ha colocado una Lamia de piedra, obra del escultor navarro Santxotena.

Pueblos Pueblos de Álava - de abuelas a nietos. Imprescindibles de Kanpezu.
Fotografía cedida amablemente por Koldo Berruete.

Las mujeres desde siempre han lavado en este hermoso lugar utilizando ceniza y a menudo, en pleno invierno, han tenido que romper el hielo para poder restregar con sus manos la ropa a limpiar.

Las aguas descienden desde Sabando
frescas, saltarinas, raudas,
alimentando el molino de Oteo,
en saltos y cascadas, sorteando rocas,
entre robles y hayas.
En Antoñana se entregan, generosas,
a sus tierras, a sus campos.

ANTOÑANA EN CUERPO Y ALMA
Koldo Berruete

La estación del Vasco-Navarro

El trenico que se cerró en 1969 daba vida a Antoñana y posibilitó muchos matrimonios. Hoy la estación es una casa particular.

El Centro de Interpretación del Ferrocarril Vasco-Navarro, situado en tres vagones de tren, se encuentra en la carretera general a la entrada de Antoñana, ambientados como antaño recrean lo que fue el trenico. Aquí está la Oficina de Turismo y encontrarás información sobre otras rutas de senderismo, escalada y BTT por la Montaña Alavesa.

El lavadero

Allá a lo lejos de Antoñana, a la altura del famoso Aguaqué, nace el río Sabando, que riega las huertas de la villa. En su día era un vergel donde anidaban los pájaros y los cangrejos pululaban a su aire, pero ahora está entubado. Aún así, desde la Edad Media llegan sus cristalinas aguas al precioso lavadero – hay hasta peces- que ha sido rehabilitado. Verás que se ha colocado una Lamia de piedra, obra del escultor navarro Santxotena.

Pueblos Pueblos de Álava - de abuelas a nietos. Imprescindibles de Kanpezu.
Fotografía cedida amablemente por Koldo Berruete.

Las mujeres desde siempre han lavado en este hermoso lugar utilizando ceniza y a menudo, en pleno invierno, han tenido que romper el hielo para poder restregar con sus manos la ropa a limpiar.

Las aguas descienden desde Sabando
frescas, saltarinas, raudas,
alimentando el molino de Oteo,
en saltos y cascadas, sorteando rocas,
entre robles y hayas.
En Antoñana se entregan, generosas,
a sus tierras, a sus campos.

ANTOÑANA EN CUERPO Y ALMA
Koldo Berruete

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