Nuestra Señora del Campo es una de las ermitas románicas más bellas de toda la Montaña Alavesa y está en la carretera que va a Apellaniz. Aunque lo que vemos hoy en día ha sufrido transformaciones, la puerta con los arcos apuntados, las bestias aladas, las grotescas figuras humanas e incluso una imagen de Alejandro Magno en sus capiteles hacen de este templo un lugar singular. En el siglo XVIII se instalaron en este templo la talla de la Virgen y otros elementos de una iglesia vecina, que se derrumbó.
El monasterio de Santa Pía fue un lugar influyente. Su abad era también señor del Valle Real de Laminoria que controlaba los pueblos de Cicujano, Bujanda, Leorza, Aletxa, Arenaza, Ibisate y Musitu. Los restos de la abadía románica se hallan reutilizados y repartidos por diversas localidades del valle.
Hay muchas otras joyas esparcidas por el municipio, como los lavaderos de Areatza e Ibisate, o los palacios de Apellaniz.