Ruinas impactantes
Estos esqueletos de hierro y chimeneas oxidadas forman parte del patrimonio industrial vasco. Hoy es un lugar un tanto fantasmagórico, pero fue una de las fábricas más importantes de los comienzos de la industrialización. Está en las afueras de Araia, en las faldas de la sierra de Altzania, en el inicio del Parque Natural Aizkorri-Aratz, frontera natural entre Álava y Gipuzkoa. Merece la pena acercarse para ver la estructura de la fábrica que forjó la identidad del pueblo.
Fue el abogado Antonio Fernández de Larrea quién eligió Araia como lugar idóneo para instalarla, pero a lo largo de la historia se ha conocido como la fábrica de Ajuria, por la familia propietaria hasta el cierre
¡Es uno de los vestigios industriales de la siderurgia de finales del siglo XIX y comienzos del XX que queda en todo Euskadi!
Todavía hoy puedes ver la presa del río Zirauntza construída a finales del XIX para producir la energía que movía las turbinas de la fábrica. Es un paseo precioso, pero cuesta arriba.