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Una forma de disfrutar guiada por la memoria

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De abuelas a nietas nietos

Fábrica de Ajuria 

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Ruinas impactantes

Estos esqueletos de hierro y chimeneas oxidadas forman parte del patrimonio industrial vasco. Hoy es un lugar un tanto fantasmagórico, pero fue una de las fábricas más importantes de los comienzos de la industrialización. Está en las afueras de Araia, en las faldas de la sierra de Altzania, en el inicio del Parque Natural Aizkorri-Aratz, frontera natural entre Álava y Gipuzkoa. Merece la pena acercarse para ver la estructura de la fábrica que forjó la identidad del pueblo.

Fue el abogado Antonio Fernández de Larrea quién eligió Araia como lugar idóneo para instalarla, pero a lo largo de la historia se ha conocido como la fábrica de Ajuria, por la familia propietaria hasta el cierre

¡Es uno de los vestigios industriales de la siderurgia de finales del siglo XIX y comienzos del XX que queda en todo Euskadi!

Todavía hoy puedes ver la presa del río Zirauntza construída a finales del XIX para producir la energía que movía las turbinas de la fábrica. Es un paseo precioso, pero cuesta arriba.

Pueblos de Álava, de abuelas a nietas y nietos. Asparrena

La forja de una identidad

Para entender estas ruinas industriales y lo que es hoy Asparrena, hay que leer sobre la Araia de hace 150 años. Es imprescindible el libro “La forja de una identidad. Araya pasado y presente” de Paz Larrumbide Moreno, editado en 2020 por la Diputación Foral de Álava. Indaga la historia de la industria y la familia impulsora, los Ajuria, y la huella que ha dejado en Asparrena, un municipio con garra y carácter.

Hierro

Las minas de hierro del monte Aratz, la riqueza maderera y la abundancia de agua, hicieron que en Araia se asentara una de las ferrerías más famosas del territorio.

“Desde el siglo XVIII hay noticias de la existencia de una ferrería en Araya, Ola-zar, que pertenecía primero al pueblo y que en 1819 adquirió el comerciante vitoriano José María Urniza. Era una de las pocas ferrerías activas en las Provincias Vascongadas…”

“Se trasladaron las aduanas a la costa y a la frontera -hasta 1841 estuvieron situadas en Vitoria, Orduña y Valmaseda- lo que dió lugar a unos aranceles proteccionistas para la siderurgia y abrió nuevas expectativas entre los fabricantes de hierro vascos, y empezaron a surgir nuevas y modernas industrias”.
LA FORJA DE UNA IDENTIDAD. ARAYA PASADO Y PRESENTE.
Paz Larrumbide Moreno

La primera fábrica siderúrgica de Álava

Fue el motor de la transformación de Araia y de toda Asparrena. La Fábrica de Hierros de San Pedro de Araya, fundada en 1848, fue la primera fábrica siderúrgica de Álava y la segunda del País Vasco, después de la vizcaína de Santa Ana de Bolueta. Por aquí se conocía como la fábrica del amo, y cambió para siempre la vida del pueblo.

Una gran aventura empresarial que a pesar de los tiempos convulsos por los que atravesó y los poderosos competidores, como los Altos Hornos de Bilbao, mantuvo su actividad hasta 1985. El final del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX fueron los años de mayor prosperidad para la fábrica y para el pueblo de Araia.

*Foto: Fábrica Ajuria hacia 1915. E.Guinea. Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

Todo el pueblo

Prácticamente todo el pueblo trabajaba en la fábrica. Durante los primeros cuarenta años desde que se implantó la fábrica, Araia triplicó su población (de 359 en 1.843 a 832 habitantes en 1.887). La mayoría de ganaderos y labradores dejaron el campo y pasaron a trabajar en la siderurgia.

* Foto: Trabajadores de la fábrica hacia 1885. Libro La Forja de una Identidad

La Cope

Bajo la dirección de Alfredo Ajuria se creó una sociedad cooperativa de consumo, que además de ser un economato proporcionaba asistencia médica gratuita a los socios. Una idea muy novedosa para la época donde las mujeres tuvieron un papel muy activo. La cooperativa ‘La Unión Obrera’ tuvo una influencia enorme en el pueblo. El objetivo era la salvaguarda de los intereses de sus asociados, suministrando lo más necesario a los precios más baratos posibles. Eso sí, nunca las compras podían superar el salario que el obrero percibía.

Los locales en los que se ubicaba ‘el Almacén’, tal como ellos lo denominaban, fueron adquiridos por la Junta Rectora en 1904 para la construcción del nuevo edificio.

En el siglo XXI La Cope sigue funcionando, y no hay vecino o vecina que no participe en ella. Han transcurrido los años y los sucesos, hasta un grave incendio en 1968 y, sin embargo, aquel espíritu de lucha solidaria sigue en pie.

El amo

La seguridad y la constancia del gerente, León Urgoitia, fue fundamental para superar todas las dificultades y dejar una fábrica sólida y robusta capaz de mantenerse activa hasta 100 años después de su muerte. Léon Urgoitia conocía el terreno -había sido alcalde de Asparrena- y era accionista de la empresa. También negoció para que la línea del ferrocarril Madrid-Irún parara en el municipio.

Construyó su casa-palacio en el centro del pueblo, que hoy sigue en pie y todavía se mantiene en manos de la familia. De estilo historicista, es obra del arquitecto Martín Saracibar -también construyó el palacio de la Diputación en Vitoria-, y además de residencia familiar alojaba las partes nobles de la fábrica, con despachos y sala de juntas.

León Urgoitia murió en 1886 en Araia, donde fue enterrado en un panteón neogótico del antiguo cementerio.

“Patrón de muchos y benefactor de todos, era conocido como “El Amo” apodo que haría extensivo a sus descendientes: la casa del Amo, el puente del Amo, o el parque del Amo, son nombres que han llegado hasta hoy”.

La fábrica pasó a llamarse con el apellido Ajuria -así se ha conocido desde entonces- debido al matrimonio de Emilia, la hija de León Urgoitia, con Antonio Ajuria Sarralde. Su hijo Alfredo aportó nuevas ideas y logros a la empresa, y sus descendientes expandieron el floreciente negocio.

“El final del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX fueron los años de mayor prosperidad para la fábrica y para el pueblo de Araya”.
LA FORJA DE UNA IDENTIDAD. ARAYA PASADO Y PRESENTE
Paz Larrumbide Moreno

*Foto familiar de los Ajuria en la comunión de Maritxu. C.Yanguas. Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

Innovadores

El primer horno eléctrico de inducción de toda la península se puso en marcha aquí. Fue también una de las primeras fundiciones de acero maleable para laminar. Los Ajuria expandieron el negocio a Vitoria para vender maquinaria agrícola por todo el campo español. En la capital se fabricaban con este hierro herramientas como los famosos arados y trilladoras de Araia.

“Coincidió la época con la extensión del arado de vertedera en España y la fábrica se empleó a fondo para fabricar este tipo de arados”.
LA FORJA DE UNA IDENTIDAD. ARAYA PASADO Y PRESENTE
Paz Larrumbide Moreno

*Foto: Los Ajuria y Aranzabal en Vitoria hacia 1914. E.Guinea. Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

Pueblos de Álava, de abuelas a nietas y nietos. Asparrena
Foto: E.Guinea. Archivo municipal de Vitoria-Gasteiz

 

Pueblos de Álava, de abuelas a nietas y nietos. Asparrena
La otra fábrica de Ajuria en Vitoria. D.Sáenz. Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

 

Pueblos de Álava, de abuelas a nietas y nietos. Asparrena
Maquinaría agrícola de Ajuria de Vitoria hacia 1935. C.Yanguas. Archivo municipal de Vitoria-Gasteiz

Fábrica de Ajuria 

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